Nanotecnología para aligerar huella
petrolera de Venezuela
Por
Humberto Márquez
La nanotecnología puede ser una
herramienta poderosa para reducir la contaminación climática de los
combustibles fósiles y para mejorar la eficiencia de energías limpias
CARACAS, nov (Tierramérica) Venezuela está
empleando nanotecnología para desarrollar nuevos catalizadores aplicables para
reducir la emisión de gases de efecto invernadero que causa su industria
petrolera.
Nano es la escala de lo diminuto: una partícula de un
nanómetro (nm) mide la millonésima parte de un milímetro; en números:
0,000000001 metros.
"Buscamos emplear nanopartículas de sales de
metales, por ejemplo nitratos de hierro o níquel, o cobalto, como catalizadores
en procesos petroleros en los que se generan gases invernadero", señaló a
Tierramérica la investigadora Sarah Briceño, del Centro de
Física del estatal Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC).
Los
catalizadores son sustancias empleadas para acelerar procesos químicos, "y
nuestro objetivo es lograr los adecuados a la industria venezolana y que
permitan reducir hasta en un 50 por ciento la emisión de gases en tareas como
el refinado de petróleo o el consumo de combustible en vehículos", dijo
Briceño.
Venezuela, socio fundador de la Organización
de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), extrae casi tres millones
de barriles diarios y tiene reservas de crudo pesado superiores a los 200.000
millones de barriles.
En el territorio de este país sudamericano, seis
refinerías procesan diariamente 1,1 millones de barriles (de 159 litros).
A
su vez, el país consume, según cifras de la OPEP, 742.000 barriles diarios de
distintos combustibles, de los cuales unos 300.000 barriles por día
corresponden a la gasolina empleada por más de seis millones de vehículos
automotores.
El Ministerio del Poder Popular para el Ambiente sostiene
que Venezuela es responsable de 0,48 por ciento del total mundial de emisiones
de gases invernadero, y de 0,56 por ciento de uno de esos "villanos",
el dióxido de carbono.
En fase experimental, "observamos con
microscopios de alta resolución el barrido y comportamiento, la reacción
química, de las nanopartículas de sales de metales y elementos surfactantes
(que influyen en la superficie de contacto entre sustancias) involucradas en
esos procesos", explicó Briceño.
Desde que el estadounidense
Richard Feynman (1918-1988), premio Nobel de Física en 1965, introdujo en 1959
el concepto de la nanotecnología –manipulación de la materia a escala molecular
y atómica– esta se ha desplegado en campos como medicina, farmacia, energía,
electrónica, metalurgia, conservación del ambiente y del conocimiento.
"Toda
la tabla periódica (de los elementos) se puede llevar a la escala nano.
Nosotros nos centramos en investigar cómo Venezuela, con su tecnología e
infraestructura, puede hacer este aporte ambiental en sus labores con
hidrocarburos", recalcó Briceño.
"El énfasis lo colocamos en
la reducción de las emisiones de óxidos de nitrógeno y de metano, que son de
los más potentes causantes del efecto invernadero", agregó.
Se
estima que la investigación arrojará frutos en 2013. Llevarlos a la industria
será recorrer un trecho largo, si se toman en cuenta las escalas de
laboratorio: en el IVIC se obtienen resultados en aglomerados de partículas que
pesan 0,1 gramos, y la explotación petrolera de Venezuela en un solo día
equivale a 400.000 toneladas.
La relación entre energía y ambiente es un
campo fértil para la nanotecnología, como muestra una investigación del
estadounidense Massachusetts
Institute of Technology para agregar nanopartículas de hierro
al petróleo, lo que permitiría limpiar con imanes el hidrocarburo que se
derrame en cuerpos de agua.
"La demanda energética aumentará en los
próximos años y debemos ser capaces de generar energía abundante, barata y con
el menor impacto ambiental. Los combustibles fósiles no son una alternativa
adecuada, pero peor es utilizarla mal cuando hay oportunidades increíbles para
ser muchísimo más eficientes", dijo Javier García Martínez, director
del Laboratorio de Nanotecnología de la Universidad de
Alicante, España.
La nanotecnología "ofrece oportunidad
de generar nuevos materiales y procesos, y en el campo de la energía hay un
gran potencial para mejorar la eficiencia de las células fotovoltaicas que
conforman los paneles solares", comentó a Tierramérica el consultor
venezolano Juan Carlos Sánchez.
Sánchez integra el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio
Climático (IPCC por sus siglas en inglés), laureado en 2007 con
el premio Nobel de la Paz junto con el ex vicepresidente estadounidense Al Gore
(1993-2001).
El experto opina que "a los grandes productores de
petróleo, empresas o países, no les conviene necesariamente el desarrollo de
procesos y materiales de la nanotecnología, al apuntar esta al uso mayor y más
efectivo de la energía solar".
"Digamos que va en sentido
contrario al negocio toda tecnología que reduzca la emisión de gases de efecto
invernadero, porque mermaría la demanda de petróleo con el incremento del uso
de la energía solar", aseveró.
En su opinión, Venezuela debería
dirigir esfuerzos hacia otras tecnologías que aminoren la emisión de gases
invernadero asociada a la actividad petrolera, "como el llamado secuestro
de dióxido de carbono, que se genera en las refinerías para sumirlo en el
subsuelo de pozos petroleros y evitar que vaya a la atmósfera".
Otros
socios de la OPEP "adelantan" ese tipo de investigaciones, entre
ellos "Arabia Saudita, Argelia y Emiratos Árabes Unidos, para despojarse
del señalamiento de que los países petroleros son los responsables del
calentamiento global", dijo Sánchez.
Venezuela "podría
disponer para ese fin de sus miles de viejos pozos abandonados y que
permitirían enterrar dióxido de carbono a más de 1.000 metros de
profundidad".
Briceño considera en cambio que logros en su campo
pueden impulsar estudios para aplicar nanotecnología a otras vertientes
ambientales de la industria petrolera venezolana.
Por ejemplo el empleo
y la disposición del coque (residuo sólido con más de 90 por ciento de
carbono), del que Venezuela produce 20.000 toneladas diarias en el proceso de
mejorar sus crudos pesados y extrapesados para convertirlos en livianos aptos
para la mayoría de las refinerías.
El polvillo de las montañas de coque
afecta a las poblaciones del oriente venezolano que son vecinas de las
instalaciones mejoradoras de crudo. Quizá en un futuro las nanopartículas para
tratarlo vayan en su rescate.
* Este artículo fue publicado
originalmente el 10 de noviembre por la red latinoamericana de diarios de
Tierramérica.
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